Las galletas de Diana Palmer
No. Que nadie se lleve a error.
Diana Palmer, la popular
escritora de novela romántica norteamericana, no se ha hecho confitera, ni
panadera, ni ha sacado una marca propia de dulces. Este articulillo se refiere
a las “galletas” que cocinan las protagonistas de sus novelas. Como además de ser lectora soy una apasionada de la
cocina, me he dedicado a investigar hasta dar con la receta adecuada.
Pero vamos por partes. No sé muy
bien por qué me atraen tanto sus novelas, o al menos una parte de ellas. Soy,
al igual que mi querida Olivia Ardey (recordemos su exquisita Dama de Tréboles) una enamorada del
Oeste americano, de sus inicios y de su evolución. Creo que mi atracción a determinadas
series de esta autora (como Hombres de Texas, Soldados de Fortuna, o la de Jeremiah Cortez, por nombrar las más
conocidas) se debe a la recreación un tanto costumbrista de esos espacios en la
actualidad.
Diana Palmer imprime en sus obras
un conservadurismo atroz. Sus personajes tanto masculinos como femeninos se
mueven por esos viejos principios de amor a la patria, valor, amistad,
fidelidad, profundas creencias, recato en el vestir y en el comportamiento…
Frente a todo esto, la autora pone en boca de ellos una defensa a ultranza del
medio ambiente, del paisaje, del modo de vida del Medio oeste americano, de la
necesidad de educación como forma de progreso y de la cultura nativa del país. Muchos
de sus personajes son de origen indio, y muestran su orgullo de raza, tal como
ocurre con Jeremiah Cortez, comanche, o con el policía Drake, cherokee, en
“Antes del Amanecer”:
Son ellas, las que elaboran en un
visto y no visto estas deliciosas galletas caseras para el desayuno de sus
amados.
En resumidas, Diana Palmer recrea
en sus novelas un universo propio y cerrado que se desarrolla en pequeñas
comunidades, como es el caso de Jacobsville (o lo que viene a ser lo mismo, el
poblado de un tal Jacobs que debió de llegar a esas tierras de Texas durante la
conquista del Oeste y allí se quedó y formó una próspera villa). Las gentes que
lo habitan en la actualidad forman una “gran familia”, con múltiples
interrelaciones, en la que conviven desde defensores de la ley (véase FBI, DEA
y demás siglas que si os explicara su significado “tendría que mataros”), junto
con ex - mercenarios, ganaderos prósperos, hombres de negocios y todo un coro
de personajes, la “gente normal” (tenderos, la propietaria del único café, y un
largo etcétera) que aporta la necesaria verosimilitud a sus historias.
Receta de las galletas de Diana Palmer
En el desayuno, deliciosas
Horno a 190º.
Ingredientes (para medidas
americanas)
Ø
2 cup de harina de fuerza (Gallo de fuerza,
santa Rita… Se pueden hacer con harina floja, pero quedan un poco más blandas)
Ø
1 cucharada y media de polvo de hornear bizcochos
(Royal)
Ø
6 cucharadas soperas de mantequilla fría.
Ø
Una pizca de sal
Ø
¾ escasa de taza escasa de leche fría.
Ø
Harina para amasar.
Modo de hacerlo:
1.- Poner en un bol la harina con
la sal, el Royal y la mantequilla. Trabajar con los dedos hasta formar migas
gruesas.
2.- Añadir la leche poco a poco e
ir incorporándola a la masa (cuidado!!!,
a lo mejor no se necesita toda. Depende de la densidad de la harina).
3.- Amasar ligeramente hasta
formar una masa compacta pero suave.
4.- Extender con rodillo. Cortar
círculos con cortapastas 8el mío 5cm/D). Colocar sobre bandeja de horno
cubierta con papel de cocina y hornear
de 15 a
20 minutos, hasta que estén doradas y crujientes.
Sobre las medidas. Para las que
no tengáis el juego de medidas americanas, las equivalencias son las
siguientes:
1 cup: 1 taza de té.
1 cuchara: 1 cuchara de sopa
Tienen una pinta estupenda y si encima tanto van para dulce como para salado, darán mucho juego.
ResponderEliminarEsta Diana Palmer poco he leído de ella, pero si en todas sus novelas imprime lo mismo será un poco aburrido no??? Aunque por lo que veo eres una gran seguidora de ella... algún librillo me leeré de ella.
Un beso, Lydia.
No, no son aburridas porque cada una de ellas presenta una aventura diferente con mucha acción. Lo que ocurre es que en sus novelas presenta una serie de rasgos comunes.
EliminarOh, Dios Mío!!!! Las galletas que tantas veces he leído. Ains, las probaré y saborearé pensando que "siempre nos quedará Jackobsville". Un besito.
ResponderEliminarSon fantásticas cuando hay escasez de pan e invitados a un tiempo. Se hacen enseguida. Y recuerda, tu DDT le da cien vueltas a todo Jacobsville.
EliminarMe he leído algunas de Diana Palmer, porque yo también soy -evidentemente- una enamorada del viejo oeste,especialmente Texas, pero tengo sentimientos encontrados. Leí alguna escena que no me gustó mucho, de esas que tuerces el morro. Pero aún así me gusta leerla.
ResponderEliminarSí, es cierto, con un tufillo carca, ultraconservador. Me temo que no es más que el reflejo real de una sociedad blanca, protestante y muy conservadora. De todas maneras, prueba sus galletas. ¡Buenísimas!!!
EliminarOh si! que maravilla DDT.
ResponderEliminarQué bueno Lydia!!
ResponderEliminarTendré que probar a ver si me salen.
Besitos
Qué entrada tan interesante, Lydia. Me suena mucho Diana Palmer, pero ahora mismo no recuerdo haber leído sus novelas, claro que después de leerte a ti, no me queda más remedio que hacerlo.
ResponderEliminarY las galletas también, claro, jaja. ¿Has probado a añadirles azúcar o chocolate en la masa? Digo, para hacerlas dulces.
Un beso.
Ya digo en la respuesta a Bela Marbel, sus novelas reflejan un mundo terriblemente conservador, muy alejado de nuestra realidad, pero son entretenidas. Las galletas son saladas porque no dejan de ser un sustituto del pan. A las últimas (no a las de la foto), les añadí queso parmesano. Nosotros las tomamos de desayuno, con mermeladita casera o con mebrillo, también casero, of course!
EliminarHola Lydia, me encantan tus blogs que mezclas la literatura con la cocina, qué interesante, me ha fascinado, te soy sincera como uno siempre vive con prisas no había podido visitarte con calma... pero de ahora en adelante pasaré con frecuencia...
ResponderEliminarMuchos besos...
Muchas gracias, Teresa, por tus palabras tan amables. Aunque tengo muy poquito tiempo para escribir, procuro unir mis dos pasiones: cocina y lectura. Tu blog, sí que es una maravilla, con esas recetas tan exquisitas que nos propones.
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