En LOB, La acción se inicia en el valle del río Alhama, en un lugar indeterminado entre Cintruénigo y Fitero, en Navarra. Pero después se traslada a otros puntos: Biarritz, París y a mi siempre soñado Buenos Aires.
Reconozco que Biarritz es un agobio de gente en toda época del año, pero a mí esta ciudad decadente, nacida al abrigo del II Imperio francés, me apasiona.
Hoy de la mano de la mano de Cristina Olabide visitamos Biarritz (capítulo 20):
Desde el plateau de l´Atalaye,
Cristina divisaba las largas playas de Biarritz, la perla del Atlántico.
Cuando era niña, el abuelo
Bernard, antes de que ocurriera la tragedia que lo sumió en la desesperación
de la que nunca se había recuperado, la llevaba hasta allí. Asomados a la barandilla le contaba la vida del emperador Napoleón III y su esposa, la española, Eugenia de Montijo. Fueron ellos quienes pusieron de moda a mediados del siglo diecinueve aquel pueblecito de pescadores del golfo de Gascogne (...)
Eugenia de Montijo Napoleón III, emperador del II Imperio francés
Biarritz a principios de siglo XX
Apoyada sobre el murete del mirador vislumbraba en primer término la arena dorada, oscura, de la Grand Plage, desnuda sin los alegres tenderetes de colores que se instalaban durante el verano para proteger a los turistas del sol; un poco más allá la de Miramar (...) y paralelos a ella la red de senderos que llevaban hasta el faro (...)
Verano en la Grand Plage. Al al fondo el faro
(Cristina Olabide) Decidió dejar atrás paisaje y recuerdos y descender, ladeando Le Rocher de la Vierge, el símbolo de Biarritz, unido a tierra por la pasarela de Eiffel,
hasta el Port de Pêcheurs, uno de sus lugares favoritos, entre el Vieux -Port y la Grand Plage.
y detenerse a admirar los adornos o grabados en las puertas y paredes de las crampottes, las pequeñas casetas para guardar los útiles de pesca.
(...) Atravesó la rue Gambetta para acceder a Les Halles, la zona de mercado.
Interior de Les Halles
Sumida en esos pensamientos dichosos, en la despreocupación más absoluta, le pasó inadvertida la presencia del mal.
Bonito recorrido por una zona que sin duda hay que visitar. Tenemos una geografía estupenda y siempre salimos fuera a conocer otros destinos sin haber visto lo que podemos gozar en nuestras latitudes.
ResponderEliminarUn buen repaso a nuestros lugares con más historia y encanto.