El escenario portugués de El Fuego envuelve tu nombre recrea una minúscula parte de este
maravilloso conjunto de paisajes, encantadoras poblaciones antiguas, y
naturaleza en estado puro, situados al norte, en la desembocadura del río Miño,
en la raia o frontera natural, que
une y separa Portugal de España.
En el capítulo
14, Amanda Cunha, la protagonista llega a Moledo, el pueblo bañado por las aguas del Atlántico, donde veranea
su familia:
“Amanda
enfiló el camino que conducía a la casa de su niñez y detuvo el coche. Sus
músculos contraídos por la larga conducción parecieron relajarse. Se apeó, se
descalzó e introdujo los pies en un montículo de arena caliente que el viento
había ido acumulando al borde del camino.”
Tomando como base este lugar, voy a trazar un itinerario,
que sirva de excusa para hacer un viajecito corto por estas tierras
portuguesas.
“El aroma del Atlántico subía hacia la enorme masa
boscosa con tantos siglos de existencia.” (página 312)
Desde la playa de Moledo, podemos contemplar la
desembocadura del Miño, con el monte Santa Tecla (la “gran teta”, como se le
llama de manera popular por su peculiar forma), en el lado español, y el isla
da Ínsua, a modo de barco varado en plena desembocadura.
Playa de Moledo con Santa Trega al fondo
“A pesar de la naciente oscuridad, aún se adivinaba
la mole cónica del mítico Santa Tegra, en el lado español y el Forte da Ínsua, el antiguo baluarte
portugués en la desembocadura del Miño.” (página, 315).
El veraneo de Moledo es de playa, de paseos, de
buenas comidas, y de apacibles sesiones
nocturnas, saboreando helados, café y vino de oporto, en cualquiera de los
locales de la playa, al arrullo de las olas.
“(Rafael) había ido derribando una a una todas las
barreras que ella había levantado hasta lograr que creyera y confiara en él (…)
Porque a Rafael lo amaba más que a su propia vida (…).
—Que
levante la mano quien quiera un oporto.” (página 322)
¿Qué excursiones hacer?
1.- Visita a
las ciudades fortificadas: Caminha
(a pocos kilómetros de Moledo), Vilanova
de Cerveira y Valença do Miño,
esta última, en la frontera con España, conserva intactos sus dos recintos
fortificados. Son ciudades para pasear, descansar en una terraza bajo los
árboles de sus plazas públicas y comprar. Son famosas sus ferias: la de
Valença, los miércoles; la de Vilanova de Cerveira, los sábados.
2.- Una
escapada a Ponte Lima (autopista A-1, frontera portuguesa – Porto), en el
interior. Una de las ciudades más bonitas, enclavada junto al río Lima, el
llamado “Río del Olvido” por el que sentían terror las tropas romanas que se
asentaron en este territorio. Según la leyenda, al atravesar el río, se borraba
la memoria. Un centurión romano tuvo que llamar uno a uno a sus soldados por su
nombre propio para demostrarles que la leyenda no era cierta, y así obligarlos
a cruzar a la otra orilla. Cada verano
se celebra un festival de jardines, en el parque junto a la fantástica piscina
municipal:
Festival
Internacional de Jardins, de Ponte de Lima
Rafael Herrera llama
por teléfono a Amanda desde Ponte de Lima:
“La voz que respondió a su saludo no era la esperada.
Sus piernas flojearon.
—Ama, ¿estás ahí?
La voz se le trabó.
—Claro
que estoy aquí. ¿Quién crees que ha contestado al teléfono?
Oyó su risa baja. Aumentó la incomodidad de ella.
—Pero
que malas pulgas tienes (…). ¿Seré yo el
que te altera?
(…)
—Rafael,
supongo que no me has llamado a estas horas para hablar de mi temperamento
(…).” (página, 173)
3.- Otra
escapada, esta vez, al lado español: cruzando desde Caminha por el
trasbordador, llegamos a Camposantos, de ahí a A Guarda (subir al Monte Santa Tecla para observar el maravilloso
paisaje de la desembocadura del Miño y del Atlántico; visitar la citania
celta). Seguir la línea de la costa, entre bosques, recorriendo la línea del
rompeolas, se llega a Bayona La Real , puerto que tuvo la
primera noticia del descubrimiento de América, con la llegada de la carabela
Pinta. Vigo está a unos treinta
kilómetros.
Por los puentes internacionales: desde Vilanova de Cerveira, para hacer un recorrido
por la zona de El Rosal, y probar su excelente vino de albariño. Desde Valença
do Miño, por el antiguo puente de hierro (proyectado por un discípulo de
Eiffel) se llega a Tui. Una visita a la zona antigua y a la catedral merece la
pena. Para relajarse nada como un café en el jardín del Parador de Turismo. O
un paseo por la senda peatonal del Miño.
¿Qué comer?
Pescado grelhado
(a la parrilla) o en caldeirada
(guisado con verduras), y marisco de la costa, cocido o con arroz caldoso
(merece la pena el arroz de mariscos). Carnes grelhadas, (delicioso el porco
preto (negro), similar a nuestro cerdo ibérico). Por supuesto, no puede
faltar el bacalao, preparado de cien mil maneras distintas.
¿Qué comprar?
Objetos de latón en Caminha y Vilanova. Ropa de casa
de algodón y lino, originales detalles de decoración, de vajilla (como las de
porcelana de Vista Alegre) o de menaje de cocina, ropa…, en Valença. VINOS: del
Douro o del Alentejo; albariños blancos de Mónçao; vinho verde (ácido, un poco espumoso, con agulha –aguja- típico de la provincia del Minho); oportos (vino
fortificado, con la denominación de origen más antigua de Europa)…
Mi receta de bacalhau grelhado (bacalao al grill)
Este es un plato que hacemos mucho en casa. No tengo fotos nuestras, asíq ue tomo esta prestada.
Ingredientes para
4 personas
4
lomos de bacalao bien desalados (ponerlo en agua 48 horas antes, cambiándosela
con frecuencia, unas cinco veces al día. Mejor dejarlo en la nevera mientras se
desala)
1
cebolla que no pique
Aceitunas
negras
Aceite
de oliva virgen (ideal si es un aceite del Douro o del Alentejo, ambos en
Portugal)
Patatas
pequeñas con piel y bien lavadas
Modo de hacerlo
1.-
Colocar las patatas en una fuerte de horno. Salar. Cubrir con papel de aluminio
y hornear durante 1 hora a 200º. Quitar
el aluminio en los últimos minutos para que se dore la piel de la patata.
2.-
Sacar el bacalao del agua. Secarlo bien con un paño, apretando un poco para
quitar toda la humedad.
3.-
Poner una plancha al fuego con aceite. Calentarla bien. Dorar a alta
temperatura, los trozos de bacalao, primero por el lado de la piel, y después
por el otro. No pasarlos mucho, para evitar que se resequen. Darle la vuelta
con mucho cuidado para que no se rompan. Lo bonito es sacar las tajadas de
bacalao enteras y bien doradas.
4.-
Colocar sobre la fuente de servir, acompañado de las patatas asadas, la cebolla
en rodelas, y las aceitunas. Regar con un buen chorro de aceite.
Cada vez que voy a esa zona, me acerco a Valença do Minho. La primera vez que fui, parecía que el tiempo se había detenido. Ahora hay más comercio y muchos más turistas pero sigue siendo preciosa y acogedora y se come de maravilla.
ResponderEliminarLydia, me estás poniendo los dientes largos con tus propuestas de vacaciones.
Pues anímate. Nos vamos las dos a recorrer la desembocadura do pai Minho.
EliminarHola, Lydia.
ResponderEliminarUn placer el viaje, magníficas vistas y excelente cocina para reponer fuerzas.
¡Enhorabuena!
Gracias y un cordial saludo.
Gracias a ti por leer mis pobres comentarios. Portugal siempre merece la pena. Su gastronomía es un lujo.
EliminarLlevo creo que ya dos años sin bajar a Portugal. Es siempre una delicia viajar por esas tierras. Y del bacalhau grelhado mejor no digo nada, jeje.
ResponderEliminarBesos y feliz viernes!
Pues anímate, Carmen, Portugal es una maravilla, a pesar de la faena que nos han hecho ahora con el pago en autovías. A por bacalhau!!!
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