Una plaza de Viveiro
Os
propongo visitar la comarca de La
Mariña , en Lugo, en pleno Cantábrico. Una zona en donde el
sol se mezcla con la niebla, con las nubes bajas y, a veces, con una lluvia mansa,
fina que vela un paisaje de verdes prados, acantilados de pizarra, mar salteado
de islotes, playas extensas de arena fina y dorada. Un paisaje lleno de
contrates: rías tranquilas que cobijan multitud de puertos a su abrigo, y mar
abierto, de fuerte oleaje, embravecido.
Un
lugar en el que habitan gnomos, duendes, doncellas míticas de las aguas Poblado
de historias de naufragios, de leyendas con intervención divina, de salvamentos
imposibles… Y con una gastronomía deliciosa que te resarce de los momentos de
mal tiempo.
Nosotros
hemos hecho base en Galdo, a tres kilómetros de Viveiro. Hemos ido con nuestro
Guren, así que necesitábamos un hotel que admitiera mascotas. Y lo hemos
encontrado en el Pazo da Trave.
En
Galicia se dice: “Casa grande con palmera, palomar y ciprés, pazo es”. El Pazo
da Trave cumple con todos los requisitos. Además tiene otro añadido, también
característico de este tipo de construcciones, la capilla. Y por si esto fuera
poco, está rodeado de unos jardines preciosos, de diseño clásico francés, con parterres
exuberantes de flores y plantas.
Los
desayunos son deliciosos. Montse, la cocinera, hace bizcochos, magdalenas de
chocolate y tradicionales, tarta de zanahoria, de queso… En fin, menos mal que
después hay muchos senderos para recorrer.
Preguntaréis
“¿Y qué se puede hacer?”. Os señalo algunas rutas que merecen la pena.
1.-
Ruta de los faros: para una apasionada de los faros, como soy yo, esta costa,
llena de entrantes y salientes, es la ideal. Se sale de Viveiro hacia el este,
en dirección a Asturias, en lo que se llama la Mariña Oriental. Casi todos
fueron levantados a mediados del siglo XIX, y reformados en los años ochenta
del pasado siglo. Así nos encontramos con:
Punta Roncadoira, una torre cilíndrica de unos 80 m . de altura (se puede uno
imaginar la razón de su nombre. En él, está inherente el sonido onomatopéyico
del mar rugiente), Punta de Morás, Cabo Burela (de este pueblo sale la
costera del bonito, delicioso en esta época), cabo san Cibrao (en el pueblo del mismo nombre), Isla Pancha, y un largo etcétera.
2.-
recorrer los alrededores de Viveiro,
sus numerosas playas, montes desde los que se contemplan paisajes
extraordinarios, la recortada costa…
3.-
ruta de Sargadelos (en Cervo):
conocer los terrenos de la antigua fábrica de loza fundada por Antonio Raimundo
Ibáñez, en 1806, hoy en ruinas. El actual Sargadelos se abrió como fábrica y
taller experimental en 1968. El faro de San Cibrao, se levantó en el S. XIX
para iluminar la costa, y ayudar a los barcos que iban a cargar piezas de
cerámica y piedra de la zona a ese puerto.
4.-
Visitar Burela (y su museo en un
barco bonitero), Foz, el diminuto
puerto de Rinlo, antiguo puerto
ballenero, (de paso comer un arroz caldoso de marisco, en el local de Cofradía
de pescadores), Ribadeo, cruzar el
impresionante Puente de los Santos sobre la ría del Eo, adentrarse en Asturias,
hasta Figueras y Castropol.
4.-
Llevar los ojos bien abiertos: esta zona está llena de construcciones
magníficas, de estilo modernista y organicista, algunas de una riqueza extraordinaria:
las casas de indianos, levantadas a
principios del S. XX por los emigrantes de América (de ahí lo de “indianos”,
por las Indias Occidentales) que regresaban a su tierra con dinero. Además aún
se conservan otros edificios patrocinados por ellos, como escuelas.
5.-
Y, por último, explorar…, cualquier bajada a una playa, es un paisaje nuevo por
descubrir. Y tener precaución: el Cantábrico
es duro, potente, con fuerte oleaje y sobre todo, muy traidor. Atender y
cumplir las normas que nos dan los vigilantes de las playas.
Tomo nota Lydia. Nos ha gustado mucho. Lo mismo la hacemos.
ResponderEliminarUna tierra que no hay que dejar de visitar. Conocer sus historias, museos... debe de ser fascinante.
ResponderEliminarLo es. Hay muchos sitios hermosos en España. Este es uno de ellos.
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